lunes, 28 de febrero de 2011

Preparando las semillas

Con la luna menguante de febrero llega la época de hacer los semilleros de multitud de plantas que tras unos meses de crecimiento plantaremos en la huerta.

En este caso las fotos muestran semillas de pimientos, pero el mismo proceso podremos hacer con cualquier otra semilla, por ejemplo, tomates, lechugas, vainas (judías verdes), etc.

Se pueden hacer los semilleros de diferentes formas, pero yo los hago en bandejas de turba. Este sistema presenta diversas ventajas frente a la siembra directa en la tierra. La más importante es la protección de las raíces en el momento del transplante desde el semillero a la huerta gracias al taco de tierra.

Antes de poner las semillas en la bandeja con la turba conviene prepararlas para mejorar su crecimiento.  Lo primero que tenemos que hacer es hidratarlas, metiéndolas en un vaso con agua durante toda la noche. A la mañana siguiente las pasamos a un recipiente que retenga el agua, poniendo en el fondo un papel absorbente o una bayeta bien empapada para que se mantenga la humedad. Es importante que no se seque y que tampoco esté inundado de agua porque en ambos casos se disminuirá la viabilidad de las semillas. Una vez lo tengamos todo listo colocaremos el recipiente en un lugar luminoso y caliente, por ejemplo junto a una ventana que tenga radiador.

Tras unos días veremos como empiezan a germinar. La raíz brotará y será el momento de pasarlas a la bandeja de turba, pero esto lo veremos en unos días. El germinado puede tardar entre 2 y 15 días según la especie. Por ejemplo la lechuga y el tomate tardan tan solo 3 días, mientras que los pimientos unos 12.


Semillas de pimiento sobre papel absorvente húmedo tras pasar toda la noche a remojo.


Detalle de las semillas


Con este sistema aseguramos la viabilidad de las semillas plantadas y además aceleramos el proceso de crecimiento ya que en la tierra la hidratación, necesaria para que se active la semilla, se produce más lentamente.

jueves, 24 de febrero de 2011

Comenzamos

En estos tiempo que corren la salud es un bien preciado. La contaminación atmosférica, de las aguas y de los suelos nos pone en jaque.

Una muy buena forma de conservar nuestra salud es una alimentación sana, y nada mejor que controlar el proceso de cultivo de alguno de nuestros alimentos. Por ello, vamos a aportar un poco de luz a la vida de nuestras plantas para que nos den lo mejor de sí mismas.

Ponéos cómodos y comenzamos!